Las sesiones premamá han cambiado. Normalmente conozco a mis clientes antes de su boda. Nos divertimos haciendo fotos de preboda, boda y postboda. Después alguna sesión de aniversario y, con el paso del tiempo, muchos deciden ser papás. Así que me reencuentro con mis novias en una etapa completamente nueva y tan emocionante como la que vivían cuando me eligieron como fotógrafa. Al principio nos limitábamos a sesiones en exteriores, con una preciosa luz del atardecer y un paseo por la playa o el sitio que más nos gustase. Las nuevas tendencias han elevado el nivel de exigencia de las futuras mamás y cada vez se atreven a más cosas en sus sesiones. Quieren recordar cómo ha cambiado su cuerpo y, aunque muchos embarazos no son fáciles ni agradables, estas sesiones dan la oportunidad de reconciliarse un poco con ellas mismas. Para poner en marcha un día de relax y mimos, en mi estudio empezamos con una sesión completa de maquillaje y peluquería profesional. No hay que preocuparse de nada más que de pasarlo bien y sentirse fabulosa. Tanto, que muchas después os vais a cenar por ahí, aprovechando que estáis espectaculares. De la parte de posar y hacer que vuestras curvan luzcan lo máximo posible me encargo yo.