Bea es tímida, mucho, y eso llega a niveles insospechados cuando la ponen delante de una cámara de fotos. Aún así, decidió demostrarse a sí misma que se merecía sentirse estupenda y yo tuve la suerte de estar ahí para capturarlo. Poquito a poco, dando un paseo por los alrededores del teatro Lope de Vega, conseguimos que su personalidad y su belleza salieran a la luz sin miedo en esta sesión de retrato.