La boda de G y JA estuvo llena de emociones desde el principio hasta el final. Los nervios de la novia mientras se preparaba en casa de sus padres dieron paso a las lágrimas del novio al verla entrar por la puerta de la capilla del Santísimo Cristo de la Cárcel de Mairena del Alcor y los emocionados discursos de los invitados. Tras la ceremonia religiosa llegó el banquete y, en poco tiempo, las sonrisas empezaron a ganar terreno y la fiesta acabó a carcajadas. Todos quisieron compartir un día especial, que supuso mucho esfuerzo para los novios y que finalmente resultó perfecto.